Antes de usar un vibrador o comprar un vibrador es preferible que el comprador del juguete sea quien lo va a usar. Nadie mejor que uno mismo para saber qué se busca en un juguete sexual, dado la amplia oferta de la que disfrutamos en nuestros días. Consulta siempre que tengas dudas o primeramente lee la información que te prestan en la tienda on-line. Sabrán aconsejar y guiar al comprador y, una vez escogido el juguete o vibrador, explicar su funcionamiento y cómo sacarle el máximo rendimiento.
Por si acaso (ya sea como regalo, indirecta) habéis sido obsequiados recientemente con algún juguete erótico o vibrador y no acabáis de verle la gracia al asunto, ahí van unas cuantas normas que no está de más recordar cuando hablamos de vibradores y juguetes eróticos:
- Una vez se tiene el vibrador en las manos, en la intimidad del hogar, es recomendable comprobar su funcionamiento sin usarlo todavía en el cuerpo y limpiarlo con una toallita húmeda o agua y jabón neutro, tipo gel de baño. Por supuesto, los juguetes siempre están precintados y salen de fábrica limpios, siguiendo todos los protocolos higiénicos y sanitarios. Sin embargo, tratándose de un objeto que va entrar en contacto con zonas intimas de nuestra anatomía no está de más ‘darle un agua’, por si acaso.
- Hay que tomar confianza con el tacto del vibrador antes de encenderlo y aplicarlo en la zona genital. El ahora dentro” no es nada aconsejable en estos casos.Cuando se enciende el vibrador hay que hacerlo en su capacidad de vibración más baja y, antes de usarlo en el clítoris, la vulva o el ano, es preferible recorrer otras partes del cuerpo para familiarizarse con él. Una vez llegado el momento de dar al vibrador su uso apropiado, es preferible utilizar un lubricante a base de agua (no dañan su superficie) para facilitar y optimizar sus prestaciones. Y a partir de ahí, dejarse llevar e ir incrementando paulatinamente la intensidad vibratoria. Hasta que el cuerpo aguante.